Periodista científico: ¿Informante o divulgador?



Como plantea el título de este artículo, ¿el periodista científico es un mero informador o es un divulgador por excelencia de los nuevos descubrimientos? 

Diferentes concepciones se tienen de la labor del periodismo científico vinculada a los términos “información” y “divulgación” (Belenguer, 2013).

Estas dos concepciones, en síntesis, son las siguientes:

1. La primera postula que el periodismo científico debe limitarse fundamentalmente a informar sobre la actualidad científica, dejando al margen la actividad formativa a través de los medios de comunicación. Desde este planteamiento, el periodista científico no puede asumir entre sus funciones tareas formativas. Dentro de esta misma línea se plantea que el periodista informa y el científico asume el papel de divulgador de la ciencia a través de diferentes soportes, entre ellos los medios de comunicación de masas. Esto supone la utilización de los medios de comunicación como un instrumento de formación por parte de los divulgadores científicos, no periodistas.

2. La segunda concepción plantea que el periodismo científico tiene unas especiales particularidades que derivan en la circunstancia de que la labor del periodista científico no debe limitarse a ser un simple informador, sino que debe asumir una cierta función “formativa”. Desde este planteamiento la información y la divulgación aparecen juntas, fusionadas y la actividad formativa que se desprende resulta connatural a la propia especialización.

Los conceptos de “información” y “divulgación” han sido frecuentemente abordados en diferentes contextos añadiéndoles el adjetivo de “científica” e intentando precisar unos límites que, no son fáciles de determinar (Belenguer, 2013).

Conviene acercarse a las definiciones que el DRAE aporta de los verbos divulgar y vulgarizar, por una lado, y el término informar, por otro. Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española):
Divulgar. (Del lat. Divulgare) tr. Publicar, extender, poner al alcance del público una cosa. (s/v)
Vulgarizar. (Del lat. Vulgaris, vulgar) tr. Hacer vulgar o común una cosa // 2. Exponer una ciencia o una materia técnica cualquiera, en forma fácilmente asequible al vulgo. // 3. Traducir un escrito de otra lengua a la común y vulgar. // 4. prn. Darse uno al trato y comercio de la gente del vulgo o portarse como ella. (s/v)

Se puede apreciar que el segundo término incluye un significado peyorativo que se trasluce también en el habla coloquial, hasta el punto de que se puede utilizar como un insulto (vulgar). Esta connotación negativa no existe en el primer verbo. Ambos términos coinciden en la segunda forma de la voz vulgarizar: “exponer una ciencia o una materia técnica cualquiera en forma fácilmente asequible al vulgo”. Y aun así la palabra vulgo resulta poco respetuosa para definir al conjunto de la población. Es precisamente por esta circunstancia que en castellano se prefiere siempre la primera acepción ya que carece de esas connotaciones negativas.

En cualquier caso, y eliminando esta concepción peyorativa, es interesante resaltar que bajo los términos de divulgación y vulgarización existen dos conceptos fundamentales y complementarios:
a) Extender algo entre la población. Es decir, difundir
b) Hacerlo asequible e inteligible para esa población.

Sobre la base de estas dos acciones fundamentales se puede explicar la divulgación como la difusión o extensión de algo de una forma asequible e inteligible para la población. Evidentemente el verbo contempla muchas aplicaciones distintas, a veces sólo con el primer sentido: el de difundir (por ejemplo se puede decir se ha divulgado un rumor o una enfermedad) y en otras ocasiones incluyendo el segundo concepto, difundir algo de forma asequible al receptor, es decir, con un trabajo previo de vulgarización. De esta última forma se entiende el concepto de divulgación cuando se le añade este adjetivo de científico al término.

Por otro lado, si acudimos de nuevo al Diccionario de la Real Academia Española, vemos que bajo la voz de informar se presentan las siguientes definiciones:
Informar. (Del lat. Informare.) tr. Enterar, dar noticia de una cosa// 2. ant.fig. Formar, perfeccionar a uno por medio de la instrucción y buena crianza// 3.Fil.Dar forma sustancial a una cosa.// 4. intr. Dictaminar un cuerpo consultivo, un funcionario o cualquier persona perita, en asunto de su respectiva competencia.// 5. For. Hablar en estrados los fiscales y los abogados.

Curiosamente, desde el segundo significado, aunque antiguo y figurado, la definición de informar no se muestra tan alejada de la formación. Incluso en su primera definición, si comprobamos la definición del verbo enterar, incluido en la misma, el DRAE lo explica (s/v) como: “(Del lat. Integrare). Informar a uno de algo que no sabe o instruirle en cualquier negocio”. Como se aprecia también se incluye, aunque de una manera tangencial, el concepto de formación (Belenguer, 2013).

Evidentemente el término de informar, sin especificación es demasiado amplio y necesariamente tenemos que adjetivarlo para poder precisar. Hay que hablar de la “información periodística” ya que la contraposición cognitiva que se produce es precisamente entre los conceptos de “información periodística” y “divulgación a través de los medios de comunicación” (Belenguer, 2013).

Mientras la divulgación en general puede ser tarea propia para los científicos, cuando se trata de la divulgación a través de medios de comunicación, es decir, divulgación periodística, esta labor debe ser asumida y tratada por los profesionales del periodismo con la misma trascendencia e importancia que la informativa.

Por supuesto, esto no significa, ni mucho menos, una exclusión de los divulgadores científicos de los medios, sino un reparto diferente de las tareas que se plantean inicialmente. Si aceptamos que la divulgación también es una de las tareas del periodismo especializado, el reparto de funciones no debe centrarse en la dialéctica entre información / divulgación, sino en el rol que juega cada uno de estos colectivos en los medios. El periodista informador y divulgador es el profesional que trabaja en los medios y el científico divulgador debe cumplir con la imprescindibles e importantísimas funciones de actuar como fuente de información, asesor científico y colaborador de los mismos a través de cualquiera de los géneros que utilizan los colaboradores (críticos, comentaristas, políticos etc.) de otras especializaciones periodísticas diferentes (Belenguer, 2013).

Esto tampoco significa que un científico divulgador no pueda ampliar ese rol e implicarse en la función periodística, pero debe quedar claro que, si así lo hace, se convierte en un periodista, un profesional del periodismo, que proceda de donde proceda su formación académica, deberá conocer los fundamentos, modos, estrategias, y métodos de la profesión.

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